IV. Cuando el archivo investiga: la experiencia de redes y colaboración en el Archivo MSSA

  • María José Lemaître, Museo de la Solidaridad Salvador Allende, Chile

La historia del Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) es una historia polifónica, donde confluyen diversos pensamientos, redes de colaboración, afectos y resistencias. Es un Museo cuya historia y colección de arte moderno y contemporáneo conmueve, basada en la solidaridad y fraternidad de artistas, intelectuales, mujeres y hombres, que desafiaron múltiples contextos sociales y políticos, algunos bastantes hostiles, para que este proyecto único en el mundo se hiciera realidad y aún más, esté vigente hasta el día de hoy.

Este Encuentro Internacional de Archivos de Arte ocurre en un momento especial. El 17 de mayo de este año celebramos el aniversario número 50 del Museo. Ese mismo día, pero 50 años antes, en Santiago de Chile y en medio de un vertiginoso y entusiasta apoyo internacional hacia la Unidad Popular, se realizaba en el Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en ese entonces en el Parque de la Quinta Normal, la primera exposición del Museo de la Solidaridad (MS)1, un proyecto logrado gracias a una amplia red tejida por artistas, amigos y colaboradores tanto en Chile como en el exterior y apoyada por el mismo Presidente Salvador Allende y todo el aparato estatal.

Afiche de la exposición Museo de la Solidaridad. Donación a los artistas del mundo al gobierno de la Unidad Popular, Santiago, mayo 1972. Fondo Museo de la Solidaridad, cód. s0346, Archivo MSSA. Expand Expand
Afiche de la exposición Museo de la Solidaridad. Donación a los artistas del mundo al gobierno de la Unidad Popular, Santiago, mayo 1972. Fondo Museo de la Solidaridad, cód. s0346, Archivo MSSA.

El Museo que alcanzó a cumplir casi dos años de funcionamiento, a realizar tres exposiciones, y reunir alrededor de 670 obras, quedó abruptamente suspendido luego del golpe de Estado de 1973, con la mayor parte de su colección escondida, algunas de sus obras desaparecidas y su comprometido equipo fundador huyendo hacia el exilio.

En 1975, cuando los intentos por rescatar las obras donadas de manos de la dictadura se habían agotado, las redes que hicieron posible este proyecto se rearmaron, ya no en Chile, sino en el exterior, haciendo surgir entre Cuba y Francia su segundo periodo: el Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende (MIRSA)2. Esta vez no con el objetivo central de apoyar la vía chilena al socialismo y crear una colección de arte moderno y experimental de primer nivel para el pueblo, sino con la finalidad de apoyar la resistencia en Chile contra la junta militar, así como ser un testimonio directo de artistas e intelectuales; además de un instrumento político, financiero y de propaganda para la resistencia3.

En este nuevo periodo, que duró casi 15 años, las redes de solidaridad que se crearon a partir del MS sumaron nuevos agentes, países, pensamientos e intereses, haciendo de este proyecto una odisea, que fue posible principalmente gracias a una gestora cultural, que extendió sus redes y supo tejer nuevas relaciones afectivas, políticas y culturales, Miria Contreras, la Paya.

Retrato grupal colaboradores del MIRSA, inauguración de la exposición *Musée International de la Résistance Salvador Allende*, Palais des Papes, Centre de Congrès. Avignon, Francia, julio 1977. De izquierda a derecha (identificados): Julio Cortázar, Pilar Fontecilla, Dominique Taddei, Isabel Ropert, Miria Contreras, Jack Lang, Aníbal Palma y Monique Buczynski. Fondo MIRSA, cód. FTA-FE0014, Archivo MSSA. Expand Expand
Retrato grupal colaboradores del MIRSA, inauguración de la exposición Musée International de la Résistance Salvador Allende, Palais des Papes, Centre de Congrès. Avignon, Francia, julio 1977. De izquierda a derecha (identificados): Julio Cortázar, Pilar Fontecilla, Dominique Taddei, Isabel Ropert, Miria Contreras, Jack Lang, Aníbal Palma y Monique Buczynski. Fondo MIRSA, cód. FTA-FE0014, Archivo MSSA.

Junto con el retorno a la Democracia en Chile en 1990 llegó también una nueva etapa, inaugurándose el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) a cargo de otra mujer, galerista y también gestora cultural que ya años atrás había jugado un rol importante en el equipo de trabajo del MS, Carmen Waugh. Con su gestión, comenzó el regreso no solo de las más de mil obras donadas por cientos de artistas en el exterior, sino también el retorno de su archivo, una memoria con múltiples voces, producida en distintos lugares y atesorada por sus muchos custodios.

Pero no fue hasta el año 2013 que este archivo viajado y protegido se oficializó, transformándose inmediatamente en una de las cinco áreas centrales del organigrama de nuestro actual museo. Y menciono esto porque creer que un archivo debe ser uno de los ejes centrales en la orgánica de una institución museal no es común en Chile, o no lo era diez años atrás, por lo que la visión a futuro que tuvo la actual dirección del Museo fue clave, inyectándole recursos, equipo humano y posicionando el archivo a la par con la colección.

El primer paso fue conformar un equipo de trabajo interdisciplinario para iniciar la organización y sistematización de este fondo, con el fin de que estuviera conservado, catalogado y resultara principalmente accesible. Sin embargo, la lectura de cada carta, la revisión de una fotografía o archivo audiovisual con el que nos encontrábamos, generaba interrogantes, pero sobre todo ansiedad y deseo por reconstruir la historia detrás de este museo, que congregó y movilizó a muchos. Necesitábamos y queríamos conocer las razones, formas, procesos, dificultades, contextos y también los afectos involucrados en este proyecto, que hicieron posible lo imposible y que también sirvió como modelo para otras experiencias de museos y colecciones internacionales, formadas en base a la solidaridad, como fue el caso de la Exhibición Internacional de Arte por Palestina en 1978 o la iniciativa Arte para el pueblo de Nicaragua en 1981 o incluso la colección de arte contra el apartheid en Sudáfrica en 19794.

El caso mexicano

Fue entonces, como en el 2015, de manera paralela a la ejecución de los procesos archivísticos de nuestro fondo documental, creamos un modelo de investigación a gran escala que no solo nos permitiera conocernos más, sino también reactivar muchas de las redes de colaboración que se crearon o revitalizaron en la década de los setenta y ochenta. Debía ser un modelo que estuviera en diálogo con los procesos de formación de nuestra colección, y como ella, tanto en el periodo del MS como el MIRSA, fue donada casi en su totalidad a través de envíos por países, acordamos que esa fuera la manera de abordar cada investigación: reconstruir diálogos, lazos y contextos entre Chile y el país donante. Desde un inicio acordamos como equipo que el modelo de investigación que aplicaríamos debía contemplar no solo un exhaustivo levantamiento y revisión documental, tanto en Chile como en el país a abordar, sino que también debía contar con fuentes orales, entrevistas y la realización de mesas de conversación donde participaran artistas, gestores y personas que fueron parte de la creación y evolución del Museo en sus distintas etapas. Una metodología que suponía una doble intención, deseábamos por un lado conocer la trastienda de estas donaciones, pero también incorporar al archivo nuevos materiales, reflexiones y lecturas.

Y tuvimos suerte, mucha suerte. Nuestro primer proyecto de investigación fue con México justamente el primer país que donó obras al MS. En noviembre de 1971, ya se realizaba en el Molino de Santo Domingo ubicado en Ciudad de México la exposición del primer envío Mexicano al Museo5. Y cuando hablo de que tuvimos suerte, lo digo porque coincidieron contextos, situaciones y personas que permitieron que el proyecto fluyera de muy buena manera6. Nuevas redes de colaboración se estaban creando.

Otro de los puntos que acordamos al momento de diseñar este modelo, fue que debíamos contar con profesionales externos que llevarán la investigación a nivel de revisión, análisis e interpretación histórica, así como asociarnos a una institución cultural del país a estudiar. Esto por dos razones: la primera, porque un proyecto de estas características y envergadura era imposible realizarlo en solitario, en términos económicos y de recursos humanos, además de nuestro deseo de incorporar a la investigación nuevas miradas y lecturas. La segunda razón, quizás la más importante, es que el Museo siempre tuvo, a lo largo de su historia, en los distintos países desde donde recibió obras y operó, una institución cultural amiga con la cual dialogar y compartir experiencias y a la cual se podía pedir ayuda. Al igual que en la década de los setenta y ochenta los necesitábamos, nos necesitábamos.

La institución con la que nos asociamos e involucramos para este primer proyecto ya contaba con un recorrido importante en torno a archivos de arte y al trabajo en investigación, por lo que hablábamos un mismo lenguaje: el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM, el MUAC.

En representación de aquella institución se sumó al proyecto la curadora y actual directora del MUAC Amanda de la Garza y el curador e historiador de arte Luis Vargas Santiago, que en aquel periodo era subdirector de programas públicos de aquella institución. La coordinación del proyecto estuvo a mi cargo y ellos lideraron la investigación. Los meses de ejecución fueron arduos e intensos, debido a que contábamos con un tiempo acotado para su realización, ya que el proyecto estuvo enmarcado adicionalmente con el 25° aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Chile y México que se cumplían el mismo 2015. Esto significó por lo tanto que el trabajo de levantamiento y revisión de archivos en ambos países fuera realizado en paralelo.

A este proceso le siguieron entrevistas a artistas, gestores e intelectuales que fueron parte de las redes afectivas, políticas y culturales de aquella época, tanto en México como en Chile, así como la realización de dos mesas de conversación que tuvieron lugar en las oficinas de la Fundación Alumnos 47 en México. Las mesas, una política y otra artística, compuesta por militantes, activistas y políticos chilenos y mexicanos que se encontraban en Chile en esos años y artistas donantes en el periodo del MS y el MIRSA respectivamente, buscaba a través de archivos e imágenes de la época, activar la memoria, reencontrarse con un capítulo de la propia historia, compartir relatos y comprender incluso qué motivó ciertas decisiones. Su realización contribuyó además a descubrir que esta era una instancia sumamente valiosa para este tipo de investigaciones y que debía estar presente en futuros proyectos, ya que presentaba distintas voces, contextos y experiencias a partir de un mismo suceso.

Los resultados de la investigación fueron visibilizados a través de una exposición que se realizó tanto en México (MUAC) como en Chile (MSSA)7, casi de manera paralela y que sumó obra, archivos, entrevistas y cápsulas audiovisuales; también se desarrolló una publicación que incorporó las conclusiones de la investigación8, además una selección de archivos pesquisados en ambos países e imágenes de las obras de la colección Mexicana del MSSA y un taller sobre exposiciones de archivos dictado por Luis Vargas. Queríamos junto con realizar la investigación, sacar al Archivo de los kardex y las vitrinas, explorando nuevas formas de activación.

Lo enriquecedor de este proyecto fue constatar que, si bien nosotros buscábamos conocer y profundizar en la historia de nuestra institución, el proceso significó a la par un gran aprendizaje para nuestros compañeros mexicanos en torno a la producción artística de la época, las redes y agentes involucrados y de cómo estas acciones repercutieron y tuvieron impacto en una dimensión artística, cultural y política en su propio territorio.

Registro exposición *A los artistas del mundo...* Museo de la Solidaridad Salvador Allende, México/Chile 1971-1977. Santiago, 2016. Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Fotografía: Loreto González. Archivo MSSA. Expand Expand
Registro exposición A los artistas del mundo… Museo de la Solidaridad Salvador Allende, México/Chile 1971-1977. Santiago, 2016. Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Fotografía: Loreto González. Archivo MSSA.
Registro exposición *A los artistas del mundo...* Museo de la Solidaridad Salvador Allende, México/Chile 1971-1977. Santiago, 2016. Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Fotografía: Loreto González. Archivo MSSA. Expand Expand
Registro exposición A los artistas del mundo… Museo de la Solidaridad Salvador Allende, México/Chile 1971-1977. Santiago, 2016. Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Fotografía: Loreto González. Archivo MSSA.

El caso cubano

El segundo caso de investigación que comparto con ustedes es el cubano, que fue diametralmente distinto al de México. Cuba fue un país crucial para el Museo en su primer periodo, pero principalmente durante el segundo, ya que desde La Habana se articuló en 1975 el MIRSA, a cargo de Miria Contreras en diálogo con los colaboradores que estaban en París.

Siguiendo la misma lógica del modelo aplicado al caso mexicano, buscamos un/a profesional que llevara la investigación y a una institución con la cual asociarnos. No era una tarea fácil, los lazos y redes que habían existido entre el Museo y Cuba anteriormente no se habían retomado en años y reconstruir aquellas confianzas, con un país que es cauto y receloso con su historia, no iba a ser sencillo, sumando todas las complejidades de comunicación que existían en ese momento en la Isla y que aún perduran. Sin contactos ni relación con investigadores cubanos, optamos por trabajar con alguien que conociera cabalmente la historia del Museo o por lo menos, una buena parte de ella y que tuviera la sensibilidad de adentrarse en un terreno desconocido pero fascinante, la historiadora de arte chilena, radicada en Nueva York, Carla Macchiavello.

Ahora venía la parte difícil, encontrar la institución con la cual establecer o más bien restablecer una relación. El centro de operaciones desde donde impulsó y coordinó Miria Contreras en Cuba el MIRSA fue Casa de las Américas, reconocida institución cultural, fundada por la guerrillera y política cubana Haydée Santamaría en 1959 y cuya relación con las artes visuales en Chile había estado sumamente entrelazada desde mediados de los años sesenta con la participación de artistas chilenos como jurados en la Exposición de La Habana. Lazos que se hicieron más estrechos con la Facultad de Arte de la Universidad de Chile desde 1967, cuando esta se volvió el principal interlocutor con Casa.

Fue un trabajo de hormiga el que realizamos por varios meses entre el 2016 y 2017 para encontrar la manera de llegar a Casa de las Américas. Existía desconfianza, había varias heridas por sanar y relaciones institucionales que reparar. Para iniciar este proceso de recuperación fue clave la participación del diseñador y artista chileno Hugo Rivera-Scott quien se había exiliado en Cuba entre 1979 y 1992 y había trabajado en el taller de serigrafía de la Casa. Nuevamente las redes del pasado jugaban un papel importante para construir las redes del presente y futuro.

Con un financiamiento muy ajustado iniciamos el proyecto con el apoyo de Casa de las Américas, principalmente de su presidente en aquel entonces, Roberto Fernández Retamar; de la directora del Archivo Memoria, Silvia Gil; la directora del Departamento de Artes Plásticas Silvia Llanes; además de la artista Lesbia Vent Dumois, quien había sido directora de Artes Plásticas en la década de los ochenta; y Chiki Salsamendi quien también trabajó por aquellos años en Casa. Gracias a ellos logramos entrar en los archivos y memorias de la institución, altamente resguardados. Organizamos numerosos viajes a La Habana, para sumergirnos en los documentos, realizar entrevistas, comprender sus formas de operar y los afectos existentes detrás de ello. Realizamos también una mesa de conversación donde participaron las personas antes mencionadas, además de artistas cubanos y chilenos que experimentaron en primera persona el cariño y fraternidad del pueblo cubano con los exiliados. Esta instancia, al igual que en el caso anterior, fue activada por archivos, imágenes de la colección y preguntas moderadas por el equipo del MSSA y la investigadora.

Captura de registro audiovisual de la mesa de conversación realizada en Casa de las Américas, La Habana, octubre 2017. Archivo MSSA. Expand Expand
Captura de registro audiovisual de la mesa de conversación realizada en Casa de las Américas, La Habana, octubre 2017. Archivo MSSA.

Ahora bien, el tiempo que nos ha tomado llevar a cabo este proyecto supera con creces el proyectado. Llevamos cinco años y esperamos lanzar la publicación que recoge este fascinante camino a finales de 2022. La espera no ha sido en vano, el tiempo invertido en reconstruir estos lazos ha dado frutos y sorpresas. Una de ellas se originó en el penúltimo viaje que realizamos a La Habana con el equipo de investigación. En una de las reuniones que sostuvimos en Casa de las Américas, recorrimos parte de sus instalaciones y en una de ellas, en la sala de conservación encontramos en la última repisa de unas estanterías un grupo de cajas que tenían rotulado en plumón el nombre “Cajas de Lesbia”. Lesbia Vent Dumois había sido directora del Departamento de Artes Plásticas en Casa al mismo tiempo en que Miria Contreras llegaba a la institución. Lo increíble de este hallazgo es que meses más adelante descubriríamos lo que contenían esas cajas: cientos de archivos, entre documentos y fotografías, que albergaban parte de los orígenes y memoria del MIRSA, que habían sido producidos y resguardados por Miria Contreras mientras estuvo en Casa de las Américas. Piezas documentales que gracias a la generosidad de aquella institución hermana habitan hoy en nuestro Archivo.

El aprendizaje que hoy podemos compartir a partir de nuestra experiencia de investigación es que estos proyectos han sido no solo un viaje al pasado para reconstruir nuestra historia y relevar aquellas voces que fueron olvidadas o no recordadas por lo que realmente hicieron, sino también la posibilidad de volver a trabajar colaborativamente y de tejer hoy nuevas redes de fraternidad, arte y política.

Notas


  1. Zaldívar, C. (Ed.). (2013). 40 años Museo de la Solidaridad por Chile, fraternidad, arte y política 1971-1973. Museo de la Solidaridad Salvador Allende. ↩︎

  2. Yasky, C. & Zaldívar, C. (Eds.). (2022). Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende 1975- 1990. Ediciones MSSA. ↩︎

  3. Contreras, M. (1975, diciembre). Convocatoria a los artistas para la creación del MIRSA. Archivo Museo de la Solidaridad Salvador Allende. https://archivo.mssa.cl/Detail/objects/3523 ↩︎

  4. Khouri, K. & Salti, R. (Eds.). (2018). Past Disquiet, Artist, International Solidarity and Museums in Exile (Museum under Construction). Museum of Modern Art in Warsaw. Exposición Pasado Inquieto. (2018). Museo de la Solidaridad Salvador Allende. https://www.mssa.cl/exposicion/pasado-inquieto/ ↩︎

  5. Catálogo Los artistas del mundo al Pueblo de Chile. 1er Envío Mexicano, Museo de Arte Moderno Santiago de Chile, Exposición Molino de Santo Domingo. (1971, 26 de noviembre). Archivo Museo de la Solidaridad Salvador Allende. https://archivo.mssa.cl/Detail/objects/3523 ↩︎

  6. El proyecto contó con el apoyo institucional del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), perteneciente al Universidad Autónoma de México; la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo; la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Embajada de México en Chile, a través de su Ex Embajador, Otto Granados Roldán. ↩︎

  7. Exposición A los artistas del mundo… Museo de la Solidaridad Salvador Allende, México/Chile 1971-1977. (2016). Museo de la Solidaridad Salvador Allende y Museo Universitario de Arte Contemporáneo. [https://www.mssa.cl/exposicion/a-los-artistas-del-mundo-museo-de-la-solidaridad-salvador-allende-]{.underline} [mexicochile-1971-1977/]{.underline}; https://muac.unam.mx/exposicion/a-los-artistas-del-mundo... ↩︎

  8. Álvarez, E. (Ed.). (2016). A los artistas del mundo… Museo de la Solidaridad Salvador Allende, México/Chile 1971-1977. Editoral RM. ↩︎